sábado, 4 de junio de 2011

Como flotando entre los ángeles...

La cita estaba hecha. Acomodarse la malla y atarse convenientemente el cordón de seguridad son requisitos previos -ineludibles- a una rápida zambullida al estilo "bomba". Nadie en sus cabales disfrutaría de quedar "tal y como vino al mundo" en medio de una pileta pública si no es esa la consigna, claro.

Afuera, los primeros fríos del otoño-invierno comienzan a hacer sentir de a poco su crudeza. No obstante, dentro del Natatorio del Club Olimpo pareciera vivirse en un microclima diferente: el agua templada, debidamente clorada y filtrada, espera por aquellos que -una vez más- intentarán adentrarse en este mundo tan particular que es el buceo.

Una vez en el agua, todo se ve y se siente diferente. Quien haya experimentado la sensación de nadar en una pileta climatizada, podrá dar fe de que el agua tibia "es otro mundo". No hay dolores, gravedad, ni limitaciones que valgan. Todo se nivela, se equipara, y como por arte de magia uno se siente como "flotando entre los ángeles". Libre de cualquier prejuicio y atadura, junto a otros tantos chicos y chicas. Todos con nuestras dificultades a cuestas, olvidándonos del mundo circundante y exultantes ante el desafío.

Claro que -para comenzar a bucear- hace falta una buena entrada en calor, que nos permita movernos con total comodidad y sin temor a sufrir calambres o -cuándo no- las siempre inoportunas contracturas. Así que, "Enderecemos la nave...y partimos, nene" (como escuché alguna vez). Y ¡a patear se ha dicho! Primero en estilo pecho, después en espalda, como se pueda...vamos haciendo el estiramiento adecuado. 

Unas cuantas idas y vueltas a lo largo y ancho del rectángulo y estamos preparados para practicar "apnea". Al principio parece imposible, pero cuando se lo practica con más y más frecuencia uno percibe que su capacidad de hiperventilación mejora, y por ende, su desempeño bajo la superficie. Saber cambiar el aire hace la diferencia entre avanzar sereno o quedarse estancado con la cara violeta y a punto del desmayo.

Cumplido ello, viene la mejor parte. La que todos allí esperaban: a "ponerse el equipo al hombro". Y no es chiste, es así.. Calzarse el chaleco, verificar que todo esté en su debido lugar, ajustarse la luneta para ver correctamente e impedir la entrada de agua, ponerse la boquilla, soplar y...adentro!!! El aire de los tanques empieza a alimentar como una bocanada de aire puro los pulmones. A bucear se ha dicho.

Qué difícil se hace describir lo que uno siente en esas circunstancias. Más bien diría que es una mezcla de sensaciones, de emociones. Todas juntas, bien revueltas...como el agua que uno va dejando atrás en cada patada. Si hasta pareciera que uno se bloqueara y se quedara allí, detenido en el tiempo, sin saber a ciencia cierta dónde ir. Y de a poquito, con paciencia y casi como quien no quiere la cosa, vamos avanzando...

Apenas unos metros, los primeros de mi vida. Los suficientes como para darme cuenta de que es algo único. Tal como dice la gente del Club de Buceo Atlantis de Bahía Blanca, a quienes debo el agrado de haber vivido una de las más lindas experiencias en mi vida. Fue mi "bautismo", mi primera vez, pero no la última. Pronto llegará un nuevo día de pileta donde poder revivir aquello que -alguna vez- expresara el mismísimo Jacques Costeau: "Cuando buceamos, comenzamos a sentirnos como ángeles".

Texto: EZEQUIEL. E. BATTISTELLA
Video: 7 mundo, Canal 7 Bahía Blanca

miércoles, 24 de noviembre de 2010

martes, 28 de septiembre de 2010

La magia no era cuento...(*)

El fútbol, la música y la literatura se combinan en un espectáculo imperdible que entremezcla talento, emotividad, humor y sentimientos en homenaje al futbol, sus personajes legendarios, y a ese carácter particular que hace a la tan mentada cultura popular.

Cuentos, poemas y relatos de afamados escritores argentinos y extranjeros de la talla de Roberto Fontanarrosa, Eduardo Sacheri, Osvaldo Soriano, Juan Saturain, Mario Benedetti, Héctor Negro, Eduardo Galeano y otros, en la voz inconfundible de Alejandro Apo, se combinan con la talentosa interpretación musical y el humor de Marcelo Sanjurjo en un show que atrae a públicos diversos y que cautiva a propios y extraños.

Apo y el 'Turco' Sanjurjo aseguran orgullosos lo que con el tiempo devino en el leimotiv del evento y pretenden demostrar a la gente: "Que el fútbol no es sólo fútbol, sino que el fútbol siempre está iluminado por la vida, tal como es la vida, ni maravillosa, ni extraordinaria, ni cruel: simplemente única…”.

Por recomendación de un amigo en común, el actor Darío Grandinetti, comenzaron sus presentaciones hace once años. La historia cuenta que el mismísimo Grandinetti se acercó a Alejandro y le dijo: "Dentro de tu programa radial hay un espectáculo en sí mismo y merecreía la pena que lo volcaras al teatro". Cuenta Apo entre sonrisas que fue aquél el puntapié inicial -si se me permite el término futbolero- de lo que vió la luz un 5 de enero de 1999 bajo el nombre de "La pelota, un cuento y un abrazo" en el teatro La Subasta de Mar del Plata, hoy Teatro Güemes. Luego vendrían "Todo con afecto" (cual el nombre de su programa de radio) y finalmente lo que se dió en llamar "Y el fútbol contó un cuento". 
 
Apo, en exclusiva con la gente de HACIENDO GOLES
Con el apoyo de la Fundación Medifé, el periodista y el músico trajeron su espectáculo a Bahía Blanca y se presentaron en el Hotel Land Plaza el viernes 24 de septiembre. Los artistas entraron en escena con la lectura del cuento "Sportivo Virreyes", de Juan Sasturain, una obra que alude a la infancia, la etapa escolar y la difícil tarea que debe llevar adelante un docente de Historia para "vender" adecuadamente lo suyo y captar la ateníón de su alumnado. Le siguieron anécdotas, poemas, evocaciones, y el momento musical a cargo del 'Turco' Sanjurjo. Tras una hora y media en escena cerraron el espectáculo con la canción "Milagro de los potreros" -compuesta por el mismo Sanjurjo- y la lectura de los "Versos para Maradona", de Héctor Negro, a cargo de Alejandro Apo.

Concluida la función, y cumpliendo lo pactado previamente con la producción, HACIENDO GOLES tuvo el agrado de dialogar a solas con Alejandro Apo. En un mano a mano interesante, el periodista se refirió en primer término a las sensaciones que le había dejado su reciente actuación: "Es algo que nos produce un placer enorme -en alusión a su compañero- y nos llena de orgullo. Ver la respuesta de la gente, después de haber recorrido más de 300 ciudades de todo le país, y mostrar que los futboleros no somos personas a quienes les interesa sólo la pelota, sino que no estamos ajenos a las circunstancias del país ni a la cultura popular o a las instancias sociales del pueblo". Habló además acerca de Roberto el 'Negro' Fontanarrosa como uno de los autores más representativos del género: "Fue un genial maestro que sufrió durante mucho tiempo cierto ninguneo de parte de sectores intelectuales, con calificativos que lo ubicaban como un mero caricaturista abocado al humor y a los cuentos de barrio, y no se le reconocía su extraordinaria labor".

También dejó varios conceptos en torno de otros referentes del fútbol, el periodismo y la literatura. Destacó a Alejandro Dolina por la solidez de su formación literaria y otras virtudes que lo ubican como una palabra más que autorizada al respecto.


"Maradona es el último gran exponente de los potreros" (Alejandro Apo)
En lo que respecta al fútbol argentino, Apo manifestó que el actual torneo reviste un alto grado de emotividad y dinamismo, más allá del nivel de juego que se pueda ver en diferentes equipos. Estudiantes de la Plata es, en su opinión, el equipo más sólido del momento, más allá de su eliminación de la Copa Sudamericana. Respecto a los dos más grandes del país, abundó en elogios hacia Claudio el 'Bichi' Borghi por su dedicación al trabajo, su manejo de grupo y su hombría de bien, y se animó a ubicar a Boca Juniors como uno de los que -pese a su mal arranque de campeonato- va a estar en la pelea final. Sobre el River de Ángel Cappa, sostuvo que lo ve como un equipo de lucha más que de juego atildado y que se encuentra en una etapa de refundación y reorganización de su juego, aunque no lo calificó como candidato al título.

La siguiente mención fue para Olimpo de Bahía Blanca, al que rotuló como un equipo también en formación y de sacrificio, pero que a su vez "Carece de cierta rebeldía a la hora de pelear los partidos, como le ocurrió frente a Boca en el Carminatti: cierto es que el rival de turno era justamente Boca, pero me pareció que Olimpo se resignó en la segunda parte cuando podría haber dado algo más de sí".

Finalizó haciendo alusión a la imposibilidad de comparar a Lionel Messi con Maradona: por sus orígenes opuestos, su forma de juego y por ese carácter de "último gran exponente de los potreros" como es el caso -para él- de Diego Armando Maradona.

EZEQUIEL E. BATTISTELLA

(*) Publicado en http://haciendogolesimagen.blogspot.com: http://bit.ly/9Qw6yU - 25 de septiembre de 2010.

lunes, 30 de agosto de 2010

Simplemente una cuestión de FE: Fortaleza y Espiritualidad

“La FE mueve montañas”. Así comenzaré mi relato. Apelando a una vieja frase extraída de las enseñanzas que Jesús, Hijo de Dios y redentor de todos aquellos que habitamos esta tierra nos dejara hace tiempo, justamente hace más de dos milenios. Frase simple, concisa, pero a su vez cargada de mucho contenido y sobre todo, significación.
¿Acaso habría otra manera, otra forma de explicar -empíricamente, podríamos decir- que más de tres mil personas, varias de ellas enfermas o en condiciones de inferioridad física y/o psíquica, muestren una disposición francamente inquebrantable? Más allá de las vueltas que uno quiera darle al asunto, creo que no sería posible enmarcarlo en otro tipo de fundamento, ni de contexto alguno.
Aquélla mañana de sábado el día amaneció nublado…extremadamente frío y bajo una fuerte condición de humedad en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fé, a orillas del río Paraná. Allí, el clima es muy diferente al que se vive en Bahía Blanca, sea cual fuere la época del año en la que uno pretenda situarse: no existen los días de fuertes vientos que suelen ser moneda corriente por estos lares. Claro que en esa zona del país la humedad causa estragos, tanto en el invierno como en el verano. Por lo que la sensación térmica -sea baja o elevada- depende en gran medida de dicho factor, la humedad del ambiente. Y puedo asegurar que el frío, cuando sobreviene en esas condiciones, se hace sentir y mucho.
Cerca de las 6:40 de la madrugada, los tres colectivos repletos provenientes de la ciudad de Punta Alta (provincia de Buenos Aires) hicieron su arribo a la ciudad santafesina. Más precisamente, a la zona conocida como barrio Parquefield: un lugar cuya geografía y edificios se asemejan a lo que en Bahía Blanca representa el barrio Comahue, donde proliferan los monoblocks, separados por grandes espacios verdes entre los que pueden encontrarse plazoletas, hamacas y juegos para los niños.
En medio de aquellos edificios se levanta un templo de pequeñas dimensiones pero de suma belleza arquitectónica, con gran delicadeza en los detalles y cuidado en su ornamentación. Se lo bautizó (permítaseme el término) como Parroquia “Natividad del Señor”. Allí ofician varios sacerdotes, y cientos de miles de fieles concurren semanalmente desde todos los puntos del país en busca de paz, sanación y esperanza. De lunes a sábado -con excepción de los martes- se celebra una misa al día; y los domingos se ofrecen tres de ellas: una en la mañana, otra en horas de la tarde y la restante durante la noche.
No obstante, la razón principal por la que la gente acude a dicha Parroquia y por la cual me dispuse a escribir estas líneas, tiene nombre y apellido. Me refiero al milagroso Padre Ignacio Peries. Oriundo de Sri Lanka y nacido en un humilde pueblo llamado Balangoda, el Padre Ignacio llegó a Rosario en el año 1978, para cumplir su primera misión desde su ordenación como sacerdote.
De piel morena, barba tupida y una mirada que cautiva, tiene además un don: el de transmitir seguridad, convencimiento, sosiego y paz interior. Esa misma paz por la que clamaban esas diez cuadras de personas (niños, jóvenes, adultos o ancianos), entre las que me encontraba yo, y que aguardaban su turno soportando estoicamente las inclemencias del tiempo y la crudeza de tener que soportar el frío debiendo permanecer más de doce horas corridas a la intemperie.
Claro que como es dable de imaginar, no todo es color de rosas en medio de la interminable espera. Las horas pasan y uno comienza a impacientarse. El cansancio va ganando terreno, las piernas se acalambran pese a la enorme fuerza de voluntad que uno pueda manifestar. Y allí aparecen los empujones, se alzan las voces y aunque cueste creerlo, no es extraño (y además vergonzoso) que haya golpes de puño. Así es, golpes, empujones e insultos se intercambian entre personas que están a punto de ingresar a una Iglesia. Tal comportamiento, aunque no en todos los casos, parece más bien propio de un recital de rock antes que de un grupo de fieles dispuestos a buscar serenidad y sanación.
Y como sucede en toda aglomeración de gente, no podía faltar el comercio a su alrededor. Y no es que lo vea de mal modo, cada quien hace su lucha y trata de ganarse el pan con dignidad. Decenas de “kioscos”, vendedores ambulantes y hasta los infaltables oportunistas están a la orden del día. Cierto es que la gente tiene que comer, debe satisfacer ineludiblemente sus necesidades fisiológicas y allí es donde estos personajes hacen su presentación. Es más, los lugareños alquilan los baños de sus casas, cobrando una módica suma para permitir el uso de los sanitarios que, dicho sea de paso, escasean. Y así puede ocurrir que uno deba esperar un par de horas en pos de acceder a ellos. En cuanto a los vendedores, éstos ofrecen de todo: desde la simpleza de una foto bendecida por el propio Padre Ignacio hasta comestibles, bebidas varias, agua caliente y bidones vacíos, los que habrán de ser llenados más tarde con agua bendita para ser utilizada como fuente de vida y curación.
El día transcurría y de esa manera la tarde tomaba poco a poco su lugar. La misa de aquel sábado estaba pautada para las 18 horas. Y como si todo aquello resultara poco, más y más gente continuaba llegando desde diversos lugares y ello hacía que los ánimos se caldearan y no faltara el viejo y conocido “colado” que se apresurara a disputar un lugar en la fila en procura de poder ingresar en el templo a la hora de la celebración de la palabra. Allí, de pie y apretujados, pudimos oír que se habían abierto las puertas de la “Natividad del Señor”. De ahí en adelante, un caos: otra vez los empujones, discusiones, algún que otro desmayo producto de la aglomeración, y un creciente mal humor. La marea humana se apiñó junto a la entrada del edificio y en breves minutos completaron su capacidad. La oscuridad se abría paso entre los últimos instantes de la tarde y en esos momentos, el Padre Ignacio dio comienzo a la celebración de la Santa Misa. Y nosotros, el grupo que venía desde Punta Alta, tuvimos que permanecer afuera, a la intemperie ("como era en un principio") y con el consuelo de sólo poder oír al sacerdote antes que verlo en persona. En ese instante sentí que, pese al cansancio, el hambre y a no haber podido entrar al templo, Dios me estaba sosteniendo. Y en definitiva, el motivo por el cual me encontraba en ese sitio -el cual permanecerá en lo más profundo de mi ser- me daba la fortaleza que me mantenía vivo, de pie y en compañía de mi hermana, con la esperanza intacta de poder llegar al sacerdote.
Y así fue. Concluida la misa, el Padre Ignacio Peries procedió a realizar lo que todo el mundo estaba esperando: la imposición de manos, sus sabias palabras, su abrazo reconfortante y la paz respectiva. Para ello debimos esperar durante unas cuatro horas más. Siempre de pie y en medio de los apretujones. Pasadas las 22 horas conseguimos nuestro objetivo: ingresar en la “Natividad del Señor” y poder pararnos frente al sacerdote, cara a cara, con nuestros miedos, ilusiones y sueños a cuestas. Me animaría a decir que allí dentro se podía respirar un aire de serenidad, de tiempo detenido, eterno, difícil de imaginar y de experimentar en cualquier ámbito.
Son muchos los milagros que ha realizado el Padre Ignacio. Abundan los testimonios y las muestras de agradecimiento de quienes aseguran haber sido curados por su intercesión, como así también los de quienes acudieron a él en medio de la desesperación y el desasosiego para pedir por una persona allegada, familiar o amiga. Porque también realiza sanaciones por foto. Y hay testimonios que así lo confirman. Como el de una persona que concurre reiteradamente a dar gracias porque el sacerdote curó a un pariente que estaba en estado de coma y que, al regresar a verlo al hospital, lo encontrara sentado en la cama y pidiendo por comida. ¿Verdad?, ¿mito?... cuestión de fe. Y en esto no hay medias tintas. Es creer o reventar, simplemente eso.
En respuesta al llamado -con un movimiento de su cabeza-, me dispuse a caminar hacia él. Y lo que sucedió a partir de ese momento es sumamente difícil de traducir en palabras. Hay que vivirlo, sentirlo, y eso depende de cada quien. El Padre me tomó de la cabeza y me apretó con fuerza contra su pecho, al tiempo que pronunciaba lo que -supuse- eran oraciones en idioma hindú, de las cuales reconozco no haber comprendido nada en absoluto pero que, acto seguido, una intérprete nos habría de traducir al castellano. Encontrándome bajo su imposición de manos, se dirigió al instante a mi hermana (que se hallaba detrás de mío). Allí fue donde nos preguntó literalmente: “¿Qué son?... ¿Qué son?”. Lo había percibido. Él solito, sin que nadie abriera la boca ni balbuceara vocablo alguno. Descubrió la particularidad de ese vínculo especial que nos une en esta vida. Así, tomó la cabeza de mi hermana y volvió a apretarla junto a la mía contra su pecho, y siguió rezando sus oraciones. Fue cosa de unos 30 o 40 segundos, no más. Segundos por los cuales había viajado más de 720 km y esperado durante casi 16 horas. Valió la pena. Y lo viví de tal manera que se me volvió imposible no quebrarme y romper en llanto. De felicidad, claro… de alegría, de paz. Esa paz por la que tanto venía bregando y que gracias a Dios y su mano que me marcó el camino, aquella noche supe y pude al fin encontrar.

Que Así Sea.

Texto: EZEQUIEL E. BATTISTELLA
Imagen: http://www.reinadelcielo.org/estructura.asp?intSec=3&intId=100

viernes, 18 de junio de 2010

Otro ilustre de las letras nos dijo adiós...

Como inevitable desenlace tras una larga enfermedad, falleció hoy a los 87 años de edad el escritor, periodista y dramaturgo portugués, José Saramago en su casa de la de Lanzarote (Islas Canarias, España).

Había nacido en Azinhaga (Portugal), el 16 de noviembre de 1922. Antes de inclinarse por el mundo de las letras, trabajó en una herrería mecánica y también fue editor.

Creador de obras como El viaje del elefante, Caín, Diario de Lisboa y El Evangelio según Jesucristo, publicó su primera obra allá por 1947, la novela Tierra de Pecado.

Destaca por una profunda originalidad en su estilo, y una controvertida visión de la cultura y de la historia. También periodista, sufrió de persecusión durante la dictadura de Salazar. Como periodista, se desempeñó como redactor y director adjunto del Diario de Noticias de Lisboa. Fue un intelectual escéptico, y supo mantener una postura ética por sobre el partidismo político, mostrándose fuertemente comprometido con el género humano.

Fue galardonado con el Premio 'Camões', equivalente al Premio Cervantes en los países de habla portuguesa. También recibió varios Doctorados Honoris Causa y fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura de 1998.

Esto es lo que puede leerse el día de hoy (18 de junio de 2010) visitando su sitio web.

Para ver su biografía completa, haga click aquí.

La literatura universal despide a otro de sus máximos exponentes... y así lo reflajaron los más importantes medios escritos a nivel nacional e internacional:
Fuente:
http://www.josesaramago.org/
es.wikipedia.org/wiki/José_Saramago
"José Saramago." Microsoft® Student 2009 [DVD]. Microsoft Corporation, 2008. (Microsoft Encarta 2009).
Imagen:
http://files.nireblog.com/blogs/teocf/files/premio_nobel_portugues
_jose_saramago_saluda_recibir_titulo_hijo_predilecto_andalucia.jpg

Sudáfrica 2010: Mantener la calma en medio del triunfalismo

La Selección nacional ya está rodando sobre ese difícil y pedregoso camino que suele ser una Copa del Mundo. Debutó con éxito ante Nigeria (a priori, el rival más difícil para muchos críticos del fútbol), pese a no contar con la necesaria contundencia en ofensiva que hubiera simplificado enormemente las cosas y, por ende, evitado el sufrimiento lógico sobre el epílogo.

Su segunda presentación fue ante Corea del Sur. Aquél seleccionado que ya efrentara al equipo argentino en tierras mexicanas allá por 1986. Renovado, claro está, y con muestras de un evidente crecimiento en cuanto a su forma de juego y con figuras de reconocimiento internacional como Park Ji Sung. Los asiáticos se deshicieron de su primer escollo (Grecia) con suma facilidad y amennazaban con amargar a la escuadra de Diego. No obstante, la Argentina arrancó arriba en el marcador y sostuvo el encuentro con solvencia, pese a temer durante varios minutos sobre un eventual empate coreano que -afortunadamente- nunca llegó.

La goleada final por 4-1 (con enorme desempeño de Higuín, Tévez y Messi) deja a la Selección a las puertas de la Segunda Fase. Faltaría un punto más o bien la combinación de algún resultado favorable. Ahora resta enfrentar a Grecia, y quizás sea hora de ensayar variantes: de nombres y esquemas... para cuidar personal y a la vez experimentar en campo, en pos de obtener nuevas conclusiones.

Sin ánimo de ser aguafiestas...ni mucho menos de convertirme en 'contra' (al decir de Alfio Basile sobre una pregunta que le formulara hace un par de años el periodista Román Iutch) y buscando otra perspectiva, lejos de este clima de triunfalismo y de euforia desbordantes, yo me pregunto: ¿Es éste el verdadero nivel de la Argentina o bien los rivales que enfrentamos no supieron ofrecer su mejor versión? ¿Cuál será la real medida que nos ofrezca un parámetro más certero sobre el asunto?

Y a propósito, agrego: cómo somos los seres humanos... llenos de complejidades, de recelos, y de 'vuelteo', por llamarlo de alguna manera. Y sí, es que -al menos a mí- me resulta imposible olvidar que hace siete u ocho meses atrás, Maradona era poco menos que un ignoto e incipiente proyecto de director técnico. Reecordemos aquella durísima paliza en La Paz ante Bolivia. Aquel revés de 6-1 que dejó perplejo al mundo, exultantes a los locales (en especial a Botero -autor de 3 tantos) y colmados de preocupación a los propios. Luego llegaría una serie alternada de victorias y sinsabores que dejaron un mar de dudas y apenas algunas certezas. El golpe posterior que más se sintió fue la caída inesperada de local ante Brasil en Rosario. Inesperada porque, si bien existe siempre la posibilidad una derrota ante el skratch, el contexto y las circunstancias que rodearon a dicho cotejo lo enmarcaron en un clima de euforia y excitismo desmedidos. Más adelante, y ya sobre el cierre de las Eliminatorias, se perdió en Asunción del Paraguay. Es cierto que entre Palermo y Schiavi la Argentina casi logra un empate que a la luz de lo sucedido quizás no era del todo justo. ¿Palermo dije?, sí... Martín Palermo. El mismo que bajo la lluvia y en otro capítulo de su interminable novela con el fútbol y la vida, empujara al fondo la pelota que nos terminara salvando la vida (deportivamente, que se entienda) ante Perú en River. Y cómo dejar fuera al talentoso Mario Bolatti, quien selló nuestro pasaporte a la tierra de Mandela, en una noche que horas más tarde traería varios dolores de cabeza a Maradona, al periodismo y escandalizara al mundo deportivo en general.

Volviendo a Sudáfrica, y para pintar un poco el actual panorama, parciera ser que, luego de un par de resultados positivos y un nivel más que aceptable de juego -con goleada incluida-, don Diegote es el nuevo gurú del fútbol nacional. Calma gente, que esto recién comienza y el horno apenas está tomando temperatura...

Para cerrar, opino que aún falta mucho camino por recorrer. Mucho más que esos "cinco partidos" (frase que se filtró a través de varios medios capitalinos). Y habrá que ver al equipo en medio de otro tipo de situaciones: cómo responde ante la presión de un rival de peso; si es capaz de dar vuelta un resultado adverso desde el inicio de un partido; y si está preparado física, futbolística y anímicamente para sobrellevar la complicadísima tarea de disputar una segunda rueda: allí donde un golpe es sinónimo de 'knock out' y, por ende, el margen de error se reduce a la mínima expresión. Para tener en cuenta...

Así las cosas, Buena Suerte Argentina!!! Y a mantener la cabeza en su lugar... que lo mejor aún puede estar por llegar.

EZEQUIEL E. BATTISTELLA

martes, 15 de junio de 2010

Música para mis oídos


Ya era hora... de darte el tributo que vos te merecías.

Asi fue, como desde que eras esa niña que emprezaba a crecer y a sentir lo bueno y lo bello de este mundo, que se te dió por inclinarte hacia la música...
Desde chiquita habías sentido esa atracción tan particular por el universo de las notas, los compases, las claves de sol y los infortunados solfeos.
Creciste bien cerquita de los instrumentos. Casi lo recuerdo como si fuera hoy, aquellas veces en las que te parabas a mi lado y ahí, aún sintiendo la tentación de todo chico de meter mano donde fuere (y hacer de las tuyas), te quedabas quietita viéndome tocar el piano eléctrico, ese que un día guardé casi para siempre...pero que aún añoro volver a tocar...
Con tu entrada al cole, la música y los sonidos se familiarizaron con vos, con tu vida, y llegaron hondamente a tus sentidos. Y a partir de aquel instante sentiste la necesidad de demostrar (y demostrarte) que vos tanbién podías, que tenías un talento innato que todavía te restaba explorar.
¿Te acordás de aquella pseudo-guitarra de madera que papá nos regaló para que practicáramos para las clases de música del colegio? Creo que aún permanece guardada en algún rinconcito especial. Ni qué hablar de la primera guitarra criolla, esa misma que llegó a casa un sábado por la mañana y que en este video se ve y se oye tan bien a partir de tus manos... Y pensar que fuiste autodidacta en esto de sacarle sonidos a ese precioso instrumento (un retaso muy prolijo y hermoso de caoba al que yo jamás aprendí a dominar)...
Gracias hermanita por tu música, tu talento, tu amor y tu dedicación a cada cosita (desde la más pequeña e insignificante hasta la más grande de todas) que hacés en favor de la vida, de tus sueños y del bien de la gente (la que te quiere, y también por la otra, por la que no cualquiera sabe perdonar y dar una nueva oportunidad).
Seguí así...sé feliz...cuidá tu vida y la de los que te rodean. Y ojalá se cumplan todos y cada uno de tus deseos. Como éste, como el de la música, que sé... te llena el corazón y te abriga el alma.

Te quiero mucho!!!

Tu hermanito....