sábado, 8 de mayo de 2010

Soñemos juntos que se puede

A 33 días de la máxima cita del fútbol a nivel internacional, los tiempos parecen transcurrir cada vez más presurosos y la hora de las definiciones se acerca inexorablemente. Las 32 selecciones que serán de la partida en la fase final de la Copa del Mundo se encuentran en la última etapa de su período de pruebas y urge para ellas el poder encontrar el mejor equipo y funcionamiento posibles.

Por el lado de Argentina, lentamente se van dejando atrás las dudas y el margen de error comienza a achicarse cada vez más. Maradona tiene evidentemente definido el sistema táctico que planea utilizar. Afuera Riquelme (sería poco más que un milagro el hecho de que el talentoso volante xeneize pasara a integrar la lista definitiva de 23), y con muy pocos referentes en la ya casi desaparecida función de “enganche”, el 4-4-2, con dos volantes por el centro con características diferentes como Mascherano y Verón y dos carrileros con mucho ida y vuelta por los costados, es la manera en que Diego pretende generar juego en mitad de cancha y abastecer a sus delanteros: Messi (de quien mucho se espera y ojalá pueda desparramar todo su talento) e Higuaín (el hombre-gol de esta selección modelo 2010).

En el fondo, las cosas están un poco más claras: cuatro defensas centrales (Ottamendi, Demichelis, Samuel, Heinze -si nos guiamos por el último ensayo ‘serio’ realizado en Münich-) ocuparán las plazas defensivas (se podría sumar a Clemente Rodríguez y a Marcos Angeleri como variantes con mayor oficio y conocimiento de las bandas). Claro que con esos cuatro zagueros, la Argentina -hipotéticamente- gana más en la marca, pero a la vez pierde mucho en lo que refiere a ‘salida’ y repentización para cuando pase a posición de ataque. Y comparativamente, quizás sea el seleccionado brasileño el que más organizado se encuentre: porque respetan las posiciones a ultranza, juegan a lo que jugaron toda su vida (el 4 juega de 4, el 3 de 3, el 5 lo hace como 5 y el 9 cumple la función específica que se le encomendó). Podrá ganar o perder, pero suelen ubicar cada cosa en su debido lugar. Me pregunto: ¿cómo le resultará esta suerte de ‘experimento’ a Maradona? Basta con revisar el archivo para darse cuenta de que la Argentina, de tanto en tanto, suele cambiar de librito como de maestro, según quien sea el DT nacional (Bilardo 3-5-2; Basile 4-3-1-2; Bielsa 3-4-3; Maradona 4-4-2, todos con sistemas de juego diferentes). ¿Y tendremos el recambio adecuado para evacuar alguna posible emergencia? Es un factor que tampoco merece ser dejado de lado.

Más allá del “numerito telefónico”, y concluyendo, será imprescindible que el equipo encuentre su mejor forma cuanto antes. Que los jugadores tengan los días de descanso previo necesario. Que se estudie convenientemente a los rivales de turno y que, llegado el día ‘D’, la suerte –que según palabras de Oscar W. Tabárez “es importante en el fútbol, aunque no se la pueda entrenar”- esté de nuestro lado. Por lo que se ha podido ver hasta aquí, salvo el caso de España, Brasil o quizás algún inesperado zarpazo “azzurro” (no subestimemos al vigente campeón mundial), a nadie le sobra demasiado. El sueño entonces, es posible. ¡¡¡Vamos Argentina todavía!!!

EZEQUIEL E. BATTISTELLA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario